Los desafíos de construir flotas de vehículos electro móviles en Latinoamérica
En América Latina, la apertura de vehículos de movilidad sustentable es una realidad creciente, y por eso varios países de la región están respondiendo a necesidades y problemas de movilidad urbana específicos, a través de soluciones inteligentes e innovadoras, y sentando antecedentes únicos en base a experiencias propias.
Luego de la etapa de confinamiento por la pandemia del COVID-19, la industria automotriz ha surgido como una de las impulsoras clave en el crecimiento de la economía, con una expectativa de TACC (Tasa Anual de Crecimiento Compuesto) del 5 % en el período 2021-2026.
Y las medidas de desarrollo sustentable mundial, junto con la demanda de alternativas de transporte más ecológicos por parte de los consumidores, generarán un cambio hacia los vehículos electro móviles como la solución más viable para enfrentar la crisis climática .
Aunque la infraestructura para este tipo de tecnologías es limitada y de alto costo, se deben impulsar políticas estatales como las exenciones de impuestos o las restricciones de uso para los vehículos a combustible, ayudando a posicionar a la electromovilidad como una realidad para todo el continente Latinoaméricano.
¿Qué se debe considerar para construir vehículos electro móviles?
Lo relevante de esta tecnología es que es relativamente nueva y puede ser utilizada en varios sectores en cada país. Sin embargo, se deben tomar en cuenta los siguientes aspectos para la fabricación de vehículos basados en la electromovilidad:
1) Altos costos: Este es uno de los principales desafíos a superar en este tema, ya que aunque cada vez más personas están utilizando automóviles eléctricos en comparación con un vehículo de combustible, el costo de adquisición de estos vehículos sigue siendo alto para muchos.
Igualmente, el tema de la autonomía en kilómetros también genera dudas en los consumidores, quienes aún sienten que los vehículos electro móviles deben ser mejorados en este aspecto antes de ser vendidos masivamente.
2) Infraestructura: Otra de las inquietudes es la de cómo se gestionará el tema de la infraestructura para este tipo de nueva tecnología, que representa otro de los retos más importantes para la movilidad eléctrica en Latinoamérica, puesto que tiene que existir una infraestructura que los usuarios puedan usar para aprovechar todo el potencial de la misma en el parque automotor.
Por lo que, muchos negocios, empresas y start ups han surgido en la región con iniciativas de promoción de electromovilidad en sus distintas modalidades, desde fabricación o sharing de bicicletas y scooters eléctricos, E-Carsharing, y hasta fabricación de vehículos 100% eléctricos de diseños nacionales.
3) Cadena de suministro: distinta a la que se maneja actualmente en logística, puesto que, las autopartes del vehículo eléctrico son diferentes a las de combustión interna, como las baterías de litio, que necesitan otro tipo de logística para ser transportadas, dentro de una cadena de suministro fuerte, integrada e inteligente, que pueda sostener el crecimiento de la demanda y asegurar a los usuarios una entrega de vehículo a tiempo.
4) Sustentabilidad: Que reduzca el impacto ambiental, en la que fabricantes y comerciantes deben verificar que las unidades electro móviles se construyan empleando fuentes de energía renovables o limpias, sin afectar al medio ambiente. Así mismo, las baterías de litio, deben ser construidas con las mismas premisas de sustentabilidad.
5) Fabricantes: Con amplia demanda en el mercado para cumplir con la expectativa de crecimiento para Latinoamérica en el ensamblaje de vehículos electro móviles de 200 millones de unidades aproximadamente para el año 2050.
Sin embargo, algunos países de la región han incursionado en políticas públicas para desarrollar e implementar la electromovilidad dentro de sus medios de transporte como es el caso de Chile, que en 2017 delineó la Estrategia Nacional de Electromovilidad, con compromisos y objetivos de desarrollo de mercado y penetración de vehículos eléctricos tanto en el transporte público como privado, así como el desarrollo de áreas de investigación, reciclaje de baterías, educación vial sobre estas tecnologías, etc.
En simultáneo, Uruguay ha puesto en marcha un Plan de Desarrollo de Red de Infraestructura de Carga para vehículos eléctricos a escala nacional.
Costa Rica ha promulgado la Ley de Promoción e Incentivos al Transporte Eléctrico, un plan estratégico e integral de transformación del parque vehicular en ese país centroamericano.
Brasil en los próximos años tendrá inversiones centradas en el desarrollo de vehículos eléctricos para el sector del transporte público y de mercancías.
Desde 2018, Colombia ha tenido un marco reglamentario para promover los vehículos eléctricos con diversas leyes que disminuyen impuestos y eliminan las restricciones de tránsito.
¿Cómo se ve el futuro para la electromovilidad en América Latina?
En un futuro cercano, debemos estar preparados para la:
- Gestión de la cadena de suministro
- Integración de datos
- Automatización de los procesos logísticos
Como un engranaje clave para articular todo el sistema en el que se soportará la electromovilidad, a través de sus vehículos, infraestructura vial, sistemas de recarga para unidades, etc, avanzando hacia la implementación de políticas de masificación en los distintos países de la región, lo que claramente representa un desafío para nuestro continente para un futuro no muy lejano.
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